miércoles, 21 de octubre de 2009

“El primer paso para construir una buena sociedad es la justicia solidaria”

Carlo María Martini ha sido un caso muy especial en la jerarquía de la Iglesia Católica, y para muchos la última esperanza de una verdadera regeneración a la altura de las exigencias de los tiempos… Hombre a la vez de fe y pensamiento, próximo a los problemas de las gentes, recibió por ello el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en el año 2000. El jurado acordó “por unanimidad conceder el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2000 al Cardenal Carlo María Martini, jesuita y arzobispo de Milán, experto en estudios bíblicos y análisis paleográfico del Nuevo Testamento, intelectual de gran prestigio no sólo en el ámbito eclesiástico sino también en el marco general de la cultura. Ha dirigido algunos de los más significativos centros de estudios superiores de la Iglesia Católica como el Instituto Bíblico de Jerusalén y la Universidad Gregoriana de Roma, y ha presidido el Consejo de Conferencias Episcopales de la Europa Comunitaria. Entre sus numerosas obras publicadas se encuentran “En qué creen los que no creen” (Diálogos con Umberto Eco), “Novum Testamentum graece et latine” y “Peregrinos de la paz”.

En su discurso al recoger el Premio manifestó: “Sé que se ha tenido en cuenta para esta concesión el compromiso de abrir caminos de diálogo entre creyentes y no creyentes, y entre grupos sociales con dificultades de entendimiento mutuo (…) Hoy un espíritu dialogante es más necesario que nunca (…) para el diálogo es necesario tener sincera simpatía hacia el otro, acercarse a él con confianza, estar dispuesto a aprender de cualquiera que hable con sinceridad y honestidad. Un diálogo sobre las cosas más importantes de la vida es hoy necesario para la supervivencia y el desarrollo de las culturas, especialmente en Europa, para evitar además que nos relegue a espectadores de aquel “clash of civilizations” [sic] (”choque de civilizaciones”) que ha sido pronosticado por algún estudioso como consecuencia del final de los grandes bloques ideológicos.
En un mundo que cada vez se va unificando más desde el punto de vista económico y financiero y en el que hoy es posible comunicar en tiempo real desde todos los puntos de la Tierra a cualquier otra parte de ella, es necesario un estilo de diálogo y de escucha que incluya, además, los problemas sociales y económicos, y permita pasar de una globalización de los mercados y de las informaciones a una globalización de la solidaridad, como ha pedido con frecuencia el Papa Juan Pablo II, invitando para el año del Jubileo a “crear una nueva cultura de solidaridad y cooperación internacionales, en la que todos … asuman su responsabilidad para un modelo de economía al servicio de cada persona” (Juan Pablo II, Incarnationnis Mysterium, nº 12). Se trata de interpretar y organizar la economía reconociéndole el valor y los límites, y su subordinación a la ética. “Ello conlleva además la búsqueda de instrumentos jurídicos idóneos para un efectivo gobierno “supranacional” de la economía: a una comunidad económica tiene que corresponder una sociedad civil internacional, capaz de expresar formas de subjetividad económica y política inspiradas en la solidaridad y la búsqueda del bien común en una visión cada vez más amplia, capaz de abarcar el mundo entero”

Martini cree que “Compartiendo las responsabilidades se defiende la dignidad humana”, que no será posible sin esa justicia solidaria que antepone lo humano a los intereses ciegos del capitalismo neoliberal. Por ello subraya la importancia de la solidaridad: “es en la vida cotidiana, en las relaciones de la vida de todos los días, más allá de ideologías y de roles, donde ante todo se practica la solidaridad. Ésta exige que abandonemos los roles, que olvidemos las conveniencias, para darnos cuenta de que somos simplemente, hombres o mujeres, seres humanos”.

UN LENGUAJE CORRECTO SOBRE EMBARAZO Y ABORTO


Cuando una mujer está embarazada, con frecuencia se dice que “está esperando un hijo” o “va a tener un hijo”, o “va a ser mamá”. Sin embargo, sugerimos que dejemos de utilizar estas frases, pues no expresan la realidad en forma veraz.Una mujer embarazada no está “esperando” un hijo. Ya lo tiene. El niño existe, vive y crece en su vientre. Ella no está por “traerlo al mundo”. Él ya está en el mundo. El vientre de la madre está en el mundo tanto como la madre misma. La mujer embarazada no “será” madre. Ya lo es.Una mujer embarazada es una madre completa. No tiene “medio” hijo o un hijo “en camino” (“en camino..., ¿hacia donde?). El niño ya está aquí, en éste mundo, en toda su singularidad y en posesión de la misma dignidad que cualquier otra persona. Si nuestro lenguaje refleja esta realidad, contribuiremos a la comprensión de que los niños en el vientre de su madre son ya miembros de la familia humana. ¡ Ahora y aquí !

Entonces la gente podrá hacer la pregunta correcta acerca del aborto: “¿Deberá ella tener otro hijo?”. Nuestra respuesta puede algunas veces ser “no”. Puede haber circunstancias - médicas, financieras y sociales – en las que una persona no deba tener otro hijo.

Sin embargo, si una mujer está embarazada, ella ya tiene un hijo. La cuestión del aborto no es la de traer o no un niño al mundo, ¡ sino la de expulsarlo o no del mundo !.

El lenguaje es poderoso. Refleja y le da forma a lo que hay en la mente y en el corazón. Un paso pequeño pero necesario para poner fin al aborto consiste en emplear las palabras correctas y hacer las preguntas adecuadas.

Movimiento Familiar Cristiano (Diócesis de Santiago del Estero)



sábado, 17 de octubre de 2009

Miles de personas se manifiestan en Madrid contra la Ley del aborto


Con el lema "Cada vida importa", que ha encabezado la movilización, los manifestantes han dejado patente su oposición a una reforma legislativa que establece el aborto libre hasta la semana 14 y que sitúa en 16 años la mayoría de edad para decidir sobre la interrupción voluntaria del embarazo. La manifestación ha transcurrido en un ambiente festivo decorado por numerosos globos de colores y banderas de España y otras con el lema de la movilización. Continuamente aclamado por los manifestantes que insistían en saludarle y hablar con él, el expresidente Aznar ha dicho a los periodistas que para él era un "deber de conciencia y de ciudadano" acudir a la protesta. En su opinión, lo que pretende el Ejecutivo al cambiar la ley del aborto "es un grandísimo retroceso". "Por lo menos, que mi voz se oiga en contra, con la mayoría de los ciudadanos de España", ha añadido. Preguntado por qué no cambió la ley del aborto, cuando él gobernaba, ha recordado que se trata de una norma nueva: "estamos hablando de convertir el aborto en un derecho, de permitir abortar sin consentimiento a las menores; eso pasa todos los límites". Durante la marcha ha destacado la presencia de miles de familias completas y numerosos niños que se han situado en el escenario central, en recuerdo de todos los abortos practicados en España desde que se aprobó la Ley del Aborto. Proclamas como "Hijos sí, aborto no"; "Vive y deja vivir"

domingo, 4 de octubre de 2009

San Pablo, protégeme de las malas lenguas


Como todo don, las lenguas pueden utilizarse bien o mal. "Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría;... a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas."I Cor. 12,8; 10
No se debe exagerar ni minimizar la importancia de ningún don. Cada uno tiene su lugar en al plan de Dios y debe utilizarse solo a su servicio. Ningún don es prueba de santidad.
"Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe." I Cor. 13, 1.
Debemos aceptar con gratitud todos los dones de Dios y usarlos bien. San Pablo dice: Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros" I Cor. 14,18
Habiendo clarificado gratitud por el don de lenguas que el mismo posee, San Pablo escribe en el próximo versículo:"pero en la asamblea, prefiero decir cinco palabras con mi mente, para instruir a los demás, que 10.000 en lengua."-I Cor. 14,19

Clara de Asís, la primera franciscana

(28-29 de marzo, 1211). La primera mujer que siguió a Francisco fue Clara de Asís, hija de Favarone de Offreduccio. Era once años menor que él, de modo que, cuando el santo renunció a todo, ella tenía apenas doce años, pero se propuso hacer lo mismo, cuando llegara a la mayoría de edad. Cumplidos los 18 años, la madrugada del lunes santo salió a escondidas de su casa, y se marchó a Santa María, donde Francisco la esperaba con sus hermanos para consagrarla al Señor. Al día siguiente la llevaron al monasterio benedictino de San Pablo de las Abadesas (en el actual cementerio de Bastía Umbra), de donde intentaron sacarla, inútilmente, su tío Monaldo y todo el clan familiar. De allí pasó al monasterio de Santo Ángel de Panzo en las faldas del Subasio. Aquí se le unieron su hermana Catalina (Santa Inés de Asís) y otras amigas. Juntas se trasladaron luego a San Damián, donde fundaron la Orden de las Hermanas Menores, rebautizadas luego por Francisco como "Damas Pobres". Popularmente las llamaban Damianitas y sólo tras la muerte de Clara (1253), empezaron a llamarlas "Hermanas Clarisas". Francisco, viéndolas tan animadas, les escribió una forma o regla de vida que no llegó a ser aprobada, y se comprometió a cuidar siempre de ellas, visitándolas con frecuencia y animándolas con la palabra y el ejemplo. (Fratefrancesco.org - Fr. Tomás Gálvez).

San Francisco de Asís, Santo Patrono de la ecología y de los animales

Vida en la Porciúncula (1210-1212). La vida de los hermanos en Santa María de la Porciúncula no era diferente de la que llevaban en Rivotorto: "Aunque este lugar era ya santonuestros antiguos hermanos conservaban su santidad orando continuamente, día y noche, y observando constantemente el silencio; y, si alguna vez hablaban después de la hora fijada para el silencio, era para tratar, con la mayor devoción y del modo más discreto, de las cosas referentes a la gloria de Dios y al bien de las almas. Y si sucedía, cosa rara, alguno empezaba una conversación inútil u ociosa, enseguida era advertido por otro. Se mortificaban no sólo con ayunos, sino también con frecuentes vigilias, con el frío, la desnudez y el trabajo manual. Con frecuencia iban a ayudar a los pobres en sus campos, para no estar ociosos, y éstos, a veces, les daban pan por amor de Dios. Con estas y otras virtudes se santificaban a sí mismos y el lugar. Los que vinieron después vivieron durante muchos años de forma parecida, aunque sin llegar a igualar a los primeros". También observaban la clausura, para evitar que los seglares distrajeran a los frailes, y hacían salidas esporádicas para predicar en las parroquias cercanas y cuidar a los leprosos. Francisco, por su parte, no dejaba de meditar continuamente la pasión y muerte de Cristo crucificado, por lo que alguna vez lo encontraron llorando por el camino, cerca de la Porciúncula.

Hazme un instrumento de tu paz - Francisco de Asís

El cántico de las criaturas - San Francisco de Asís