martes, 29 de diciembre de 2009

Misas para embarazadas: ¿son sólo para ellas?

Nos preguntábamos hace poco: ¿estas Misas, son para un grupo en especial de personas? ¿Cómo las vive quien no está pasando por esa situación? Aquí algunas de las reflexiones que hicimos. Los invitamos a pensar en algunas más que nos ayuden a enriquecer y a valorar estas celebraciones y especialmente que nos sugieran elementos que tal vez no estemos contemplando.

¿Qué viven las embarazadas?

  • Las madres se sienten acompañadas, alentadas y fortificadas por Dios y por la comunidad. Perciben la alegría de la Iglesia por la acogida que ellas dan al niño que llevan en su vientre.
  • Descubren en María un modelo feliz de madre y mujer. Que pasó por experiencias similares a las de ellas y que le permitieron florecer como mujer y saber que "desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí..."

¿Qué viven quienes anhelan un hijo?

  • Encuentran un ámbito propicio para que sus corazones se vean conmovidos e iluminados para descubrir que se es padre en el amor que se entrega y recibe en la diaria convivencia. Ya sea que conciban un hijo de su propia sangre o que generosamente se abran a la adopción. Y más en este segundo caso en que con su gesto, además están reparando la vida de un niño y posibilitando que se cumpla las Bienaventuranzas: "Porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; era forastero, y me acogieron; estaba desnudo, y me vistieron» (Mt 25, 34-36).

¿Qué vive cada persona presente?

  • Da gracias por su propia vida, por la maravilla de ese Don gratuito que recibió de Dios, por las vidas que nacen, por las vidas de sus seres queridos.
  • Comparte la experiencia y alegría comunitaria que significa celebrar la vida y La Vida con mayúsculas.
  • Vuelve a descubrir que amar es recibir un anticipo de eternidad. Que el hombre es amado por Dios como su hijo muy querido.

¿Qué vive la Iglesia?

  • Cumple su mandato evangélico de "promover, proteger y servir a la Vida"· Reza, toda la Iglesia, para encomendar a Dios a cada niño, a cada una de esas vidas débiles e inocentes, que son su predilección.
  • Se entrega a los designios de la Divina Providencia, pidiendo la intercesión de la Virgen María, madre del amor hermoso, para que cada bebé engendrado pueda ver y sentir en su madre la sonrisa de Dios.
  • Afirma la fe en un Dios que ama al hombre, que lo ha creado a su imagen y semejanza y que desde su concepción lo ha destinado a la vida eterna.
  • Trabaja para que en este mundo prevalezca la cultura de la vida.

Equipo Pastoral de Bautismo - Parroquia Santa Mónica - abril de 1999

Estén siempre alegres

"Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús. No extingan la acción del Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno. Cuídense del mal en todas sus formas." Tes 5, 16-24

Una nueva exhortación a la alegría. Va unida a una invitación a rezar y otra a dar gracias. Y hay que hacerlo “siempre”, “sin cesar”, “en toda ocasión”. Y todo esto es así nada mas y nada menos que porque “es lo que Dios quiere de todos ustedes”. Si nos hubieran empezado a enseñar en el catecismo “lo que Dios quiere” por este párrafo..., pero no, empezamos por los mandamientos, y si había que dar alguna explicación lo que se nos decía era que eran “para nuestro bien”. No es fácil empezar por ahí, pedagógicamente es un error. Comprender que otro, (incluido Dios), sabe mejor que nosotros mismos lo que es “para nuestro bien”, es lo más difícil de todo. En cambio, enterarnos de que Dios lo que quiere es que estemos alegres, hubiera abierto un mundo a nuestro corazón y lo hubiera llenado de paz. Y esto no porque se nos hubiera dicho algo nuevo y sorprendente, sino al contrario, porque ya lo sabíamos. Sí, nosotros sabíamos que Dios quería que estuviéramos alegres siempre, que oráramos sin cesar y que en toda ocasión diéramos gracias, sólo nos faltaba escucharlo de nuestros adultos y que nos enseñaran a hacerlo un poco mejor. Pero no fue así. Empezamos por “lo que había que hacer” y cuando mucho tiempo después llegamos a leer aquellas líneas que nos hablaban de la alegría ya era tarde y casi inútil. Ya nada podía modificar el punto de vista desde el que se leía todo. Ya la expresión “estén siempre alegres” no podía sonar sino a otro mandamiento, era otra cosa más que había que hacer. Ya la invitación a “orar sin cesar” no podía ser sino una pesada carga que nada tenía que ver con la posibilidad de una vida plenamente humana y feliz. Y también “dar gracias” fue algo más “a cumplir”.No sé porqué habrán pensado que era más difícil enseñarnos el “no extingan la acción del Espíritu”, cuando uno es chico eso es fácil de entender. Al menos en nosotros no examinaron todo ni se quedaron con lo bueno, sólo nos enseñaron a cuidarnos del mal (en realidad de mal que había en ellos y que ellos suponían en nosotros). No se dieron cuenta que al hacer esto estaban despreciando las profecías y extinguiendo la acción del Espíritu.

Sería por eso que no estaban nunca alegres. Homilía del P. Jorge Oesterheld

lunes, 28 de diciembre de 2009

Gladys, una abuela agradecida

Hay momentos en la vida, que solemos arrodillarnos para rogar, pero son pocos los que agradecidos nos ponemos de rodillas para dar gracias.
Hoy quiero estar en las filas de estos segundos; porque después de haber sido testigo del milagro logrado con el nacimiento de mi nietecito Nicolás, no podía hacer otra cosa.
Brevemente les narraré este acontecimiento. Mi hija Silvina María, madre de María Florencia y de Nicolás Agustín, apostó desde hace cinco años a Jesús y a María, para poder tener hoy la dicha de ser madre de estas dulces criaturas.
Primero fue María Florencia, quien nació después de tres embarazos malogrados, y sin embargo no se dio por vencida. Juntas íbamos todos los días 31 de mes a San Ramón Nonato, allí llorábamos y pedíamos que se produjera el milagro; cuando nuestras esperanzas estaban a punto de flaquear, se anuncia la pequeña María Florencia, que nació con toda felicidad.
Transcurridos tres años, donde gozamos con todas las ocurrencias de una pequeña dotada de miles de gracias, mi hija decide tener su segundo hijo; allí comienzan nuevamente las penurias. Otro embarazo fallido, con un embrión muerto, obligan a una nueva intervención quirúrgica para Silvina; justamente dos días antes de navidad, la depresión se apoderó de ella y la tristeza de nosotros también. Nuestros miedos de padres se acrecientan y le sugerimos con insistencia, que se conforme con tener una sola hija y no hacer nuevos intentos, ya que ponía continuamente en riesgo su vida. Ella no contestaba y sufría en silencio, sin embargo, yo que la conozco sabía que no se daría por vencida.
Siguió apostando a nuestro Dios y sin saberlo tres meses más tarde de su pérdida, nos enteramos por una tercera persona, que esperaba un hijo. Debo confesarles que esta noticia, nos llenó más de inquietud que de alegría y tal vez algunos reproches, ya que veíamos que continuamente ponía en riesgo su propia vida.
Nuestro egoismo de padres, temíamos por ella, incluso por el bebé que se anunciaba, ya que uno de sus embarazos frustrados fue a causa de una malformación múltiple.
A partir de la noticia; y después de mucho hablar, decidimos acompañarla con nuestros ruegos en su " dulce y angustiada espera".
Pasaron los meses y ante cada ecografía todos acrecentábamos las oraciones, porque era una nueva prueba para ella y para nosotros.
Mientras tanto el Grupo de oración a Nuestra Señora de la Dulce Espera de la Parroquia Santa Mónica, seguía rogando por ella, la tenían en una lista desde el último embarazo fallido, dado que yo misma le pedí a una de las señoras del grupo de oración que la incluyera en las peticiones a Nuestra Madre.
La Virgen, no se hizo esperar, ya que luego supe, que a sólo una semana de haber comenzado a orar por ella, quedó embarazada. Hoy felices, damos mil gracias al Altísimo, ya que Nicolás desde el 25 de setiembre, justamente el día de la primera aparición de Nuestra Señora, se asomó al mundo con toda felicidad y sin ningún problema.
Gracias a Dios y a todos los que colaboran de algún modo para que este sueño se hiciera realidad.

Gladys
Una abuela agradecida

Un testimonio muy especial...

Cuando nos pidieron que escribiéramos algo para esta revista la idea nos emocionó ya que era la oportunidad para agradecer y hacer conocer nuestra historia.

Esta historia comienza en marzo de 1995 cuando decidimos contraer matrimonio. Como toda pareja de recién casados teníamos (aún tenemos) varios proyectos, entre ellos, y es en el que se basará nuestro relato, se encontraba el de formar una familia.

Muchas veces algunos de los proyectos parecen ser simples y estar al alcance de concretarse fácilmente y por ello se le quita el valor que este merece una vez alcanzado el objetivo.

Creíamos que el día que decidiéramos ser padres, no existirían complicaciones pero no fue así...

Hace aproximadamente tres años atrás decidimos que era tiempo de formar esa familia que tanto anhelábamos pero el tiempo fue pasando y el bebé no llegaba. A consecuencia de ello comenzaron los estudios médicos de cada uno de nosotros para detectar si existía algún tipo de problema, continuaron operaciones quirúrgicas y visitas a especialistas en fertilidad, pero el tiempo continuaba su curso y nada daba sus frutos.

A esta altura ya nuestras esperanzas de concebir un hijo comenzaban a diluirse. Llegamos al acuerdo de que no nos haríamos mas estudios médicos que nos hicieran sufrir, ver que a pesar de todo nada se lograba y que cada vez nos desilusionaran más. En ese momento nos dejamos en las manos de Dios (“Si Dios quiere que seamos padres, ya va a venir”). Mientras tanto se nos ocurrió que podríamos seguir disfrutando de nuestros sobrinos ( a quienes amamos con locura) o adoptar. El tiempo siguió pasando y un día se sucedieron una serie de hechos que hicieron que se nos invitara a una misa en la Parroquia Santa Mónica para el día 25 de marzo (Día en que se celebra la Anunciación del Arcángel Gabriel a María).

Ese día estuvimos a punto de no ir a aquella misa, quizás para no generar nuevas expectativas y no sufrir una nueva desilusión, pero nos dimos cuenta de la importancia de esa misa y consideramos que debíamos tener FE.

Aquella misa tuvo un toque muy especial ya que estuvo llena de emociones, las palabras del Padre haciendo referencia a lo que significa traer una nueva vida a este mundo, toda la parroquia rezando por aquellos que van a ser padres y por aquellos que deseaban serlo, la bendición del Padre a “las pancitas” de esas futuras mamás...

Esta vez el tiempo continuó pasando pero al mes de aquella misa se confirmó que nuestro pedido había sido escuchado.

Gracias a Dios y a la Virgen de la Dulce Espera, hoy en día somos nosotros los que pasamos al altar a recibir esa bendición que el Padre da a esas “pancitas” y mirando hacia atrás nos damos cuenta que si Dios nos hizo pasar por esos momentos que parecían difíciles era para que ahora podamos disfrutar el doble de este momento porque ya estamos en condiciones de valorar, como se merece, a este milagro de la vida.

Para culminar nos gustaría dejar una frase que tiene relación con el milagro de la vida al que hacemos referencia: Cada niño que nace, es la prueba que Dios aún no ha perdido la esperanza en nuestro mundo...

Marta y Sergio

Publicado en la Revista de la Parroquia Santa Mónica

Primera relación entre la mamá y el bebé



Es una bendición que el embarazo dure 9 meses. Esto da tiempo para que la mamá y el papá se acostumbren a la idea de que su bebé va a nacer.
Eso dice un libro sobre los bebés. Creo yo que hay mucho mas que ideas en una mamá y en un papá que espera un bebé.
Son muchos los sentimientos que surgen en una mamá sobre todo (y nos vamos a centrar un poco mas en esto ahora, la mamá, ) cuando sabe que esta embarazada.
Son muchos y diferentes, a veces según sea, joven o no tan joven, primeriza o multipara, soltera o casada..
En todos estos casos hay diferentes sentimientos, expectativas y planes.
Por otra parte hay embarazos en los que el físico no padece ninguna molestia y hay otros en los que náuseas, vómitos , mareos, a veces mas allá de los tres meses molesta a la mamá.
A veces alguna pérdida puede llevarla tener que hacer reposo un tiempo o todo el embarazo.
En fin, cada embarazo tiene características propias desde lo físico y lo mental conforman una experiencia particularísima, mas allá de que este hecho se repita tantas millones de veces como seres hay en el planeta, puesto que todos hemos nacido de un embarazo.
Los sentimientos que la mujer tenga dependerán de las circunnstancias del embarazo.
-Quería o no un embarazo
-Su situación personal afectiva
-Su situación de pareja
-Su salud
Pero también influyen como algo inevitable que es que cada una tiene ideas preconcebidas acerca de lo que es tener un hijo y estas aparecen en cuanto se sabe que se va a tener un bebé.
Se puede decir que nos estamos preparando para reproducirnos desde la infancia = cuando los chicos y chicas juegan a la mamá y al papá. Recordamos el gran interés de los niños por los bebés y por la lactancia..
Nuestras relaciones con nuestros propios padres y hermanos, con nuestra pareja, van conformando en nosotros la idea de lo que es ser buenos o malos padres.
- Qué pasa con el bebé?
La mamá se va acostumbrando gradualmente a la idea de que va a nacer un niño y también el feto se prepara para vivir en el mundo exterior.
Así es que suponemos que en las ultimas semanas del embarazo el bebé es capaz de darse cuenta de lo que le pasa.
El bebé oye la voz de la madre, la del padre y los hermanos.
La prueba es que el bebé recién nacido se vuelve al oir la voz de la madre, como si la reconociera.
Dentro de la mamá el bebé se va creando no solo en lo fisico sino también en los aspectos emocionales y mentales.
NACIMIENTO
Con el nacimiento termina la vida del bebé en el interior de la madre. Una vida en la que estaba conectado al sistema materno, bien sostenido t todas sus necesidades son satisfechas sin necesidad de que medie ningún deseo.
El bebé no conoce lo que es ser una persona separada ni lo que es sentir hambre, ni frío.
Desconoce lo que es necesitar que lo sostengan, o lo que es sentirse solo.
Con el nacimiento se lo lanza al exterior a un mundo desconocido donde tendrá que respirar por sí mismo, llorar para que lo alcen, llorar para que le den de comer.
Es para el niño entonces un cambio radical.
Es violento y tempestuoso, y no se puede esperar ni que el uno ni el otro se recuperen demasiado pronto.
Es comprensible que la madre tenga prisa por volver a la normalidad, pero pretender que no le ha pasado nada sería una equivocación.
Hacer cosas cuando la mamá se empieza a sentir bien siempre y cuando ni ella ni la familia se engañen a sí mismas pretendiendo negar que ha ocurrido algo que es muy importante (no descartes la bata demasiado pronto)
La realidad es que tenemos que reconocer que la nueva madre y su nuevo hijo necesitan tiempo para orientarse y recobrar el equilibrio. La mamá queda por bastante tiempo en un estado de gran vulnerabilidad para todo. Muy sensible. Necesita compañía, ayuda. Todo le parece difícil en relación a lo nuevo que es criar al bebé.

PRESENCIA DEL PADRE EN EL PARTO
La presencia del padre en el parto es importante y hoy es corriente que se cuente con su presencia.
Todo esto depende también de cómo está constituida la pareja. Hay parejas en que la mujer necesita verse acompañada por un varón.
Otras parejas ven la cosa de otro modo. Es difícil de todos modos que el padre se arrepienta de estar en el parto.
Algo que no se discute es si la necesidad del bebé (el tercero incluído) de entrar en contacto inmediatamente con la mamá. Esto lo tranquiliza, lo serena, enseguida calla el llanto y/o busca el pezón de la mamá o se duerme.
El bebé pequeño y desvalido se halla ahora exclusivamente a cargo de la mamá.
La atención del bebé significa, por cierto un considerable trabajo: es posible que esté:
- desvelado
- que llore durante gran parte del día
- que no se alimente bien
En este período la mamá necesita y desea por lo general , dedicarse exclusivamente al cuidado de su hijo y despreocuparse de cualquier otra cosa.
-Su esposo, su familia, sus amigos, deberán ocupar un lugar secundario, mientras ella se dedica con todas sus fuerzas a conocer a su bebé.
Acá es importante el rol del padre, el marido, o sus sustituto deberá contener, acompañar, sostener y suplementar a su esposa en lo que necesita para que ella pueda contener y contactarse con ese bebé que es de los dos y que necesita imprescindiblemente el rostro, la presencia de la madre para cohesionarse, para ordenarse, para serenarse y aprender así las bases de lo que es la relación hoy con la mamá, mañana con el papá, luego con el resto del mundo
También la mamá se sentirá cómoda con este apoyo y recobrará la confianza en sí misma e irá recuperandose de este shock que fue el parto.
La mamá una vez pasado el momento de excitación, alegría y felicitaciones por haber dado a luz un hijo pasa muchas veces por períodos de decepción y de tristeza de sentimientos muy oscuros que a veces no se esperan y asustan mucho.
Frente a esto, si nos damos un tiempo para aprender a conocer a nuestro hijo y orientarnos en este nuevo papel de madre. Tendremos mayores posibilidades de encarar la situación de una manera adecuada.
Aspirar a ser perfecta y no permitirnos nunca perder la paciencia con nuestro bebé, ni admitir que aveces deseamos que no hubiera nacido es una pretensión inútil.
Si una mamá es capaz de reconocer que en ciertos momentos se siente cansada y desanimada estará en mejores condiciones de advertir y comprender que también su hijo experimenta a veces hastío y enojo, lo cual constituye desde todo punto de vista una actitud mas sana.
Primeros sentimientos y necesidades del bebé.
Necesidad de una persona
El bebé necesita fundamentalmente de su madre o en su defecto de madre sustituta que lo conozca y comprenda en su particular modalidad, su carácter, y su forma de comunicar sus necesidades.
Además durante las primeras semanas necesita de su madre para poder construir en su mente la imagen de esta y poder conocerla progresivamente.
Si no tiene contacto con ella no la podra reconocer en el periodo en que debe reconocerla, porque lo necesita fundamentalmente porque es ella quien debe simplificar un mundo que resulta para el demasiado confuso y complicado.
Confuso y complicado porque es tan distinto del comodo mundo en que vivio y que muchas veces mientras esta despierto le causa verdadero terror.
En consecuencia necesita que su mama lo proteja de las confusas y angustiantes sensaciones que vienen de su propio cuerpo
del mundo esterno
el amor de la mamá por el bebé se expresa por los cuidados que su mamá le da al: abrigarlo, alimentarlo, alzarlo, mimarlo, poner su cuerpo contra nuestro cuerpo

Necesidad de que la madre permanezca junto a él
Sus exigencias parecen tiranicas pero debemos compremnder que tendra que acumular muchas experiencias de ser consolado, tranquilizado, reibir de la madre el alimento que pide para poder adquirir CONFIANZA en el mundo.
Si hacemos esto contribuiremos a dar al bebé la certeza de que su mama existe para el
De lo contrario fortaleceremos su sentimiento de inseguridad y su sentimiento de que el mundo esta lleno de peligro y que el puede desintegrarse.

Cada bebé es un ser particular.

La mamá debe aprender a observar a su bebé y descubrir el contenido de su mensaje
Al principio cuesta pero con el tiempo se hace entender se expresa de distinta manera si tiene hambre, si tiene frío, si se siente solo, si tiene miedo. Así la mamá deberá aprender a escuchar como llora su bebé para aprender la clave de porque llora.
¿Alzarlo siempre? Es conveniente primero detectar porque llora y actuar en consecuencia.

El sueño
Cuanto mas pequeño es el bebé menos clara es la division entre vigilia y sueño.
Los papas deben descubrir cuantas horas debe dormir el hijo pero es bueno también en esto descubrir cuanto necesita dormir el bebe, cuanto mas chiquitos son más duremen que estan despiertos, los mas pequeños tambien necesitan dormir despues de las comidas. Es conveniente que el bebé durema en su propia cuna ya que será conveniente que ordene su sueño para el horario nocturno y no tanto de día progresivamente.
Si el bebé tiene dificultades para dormir y hemos logrado ya hacer silencio bajar el nivel de la luz se podra cantarle una cancion de cuna o mecerlo con suavidad.

Primera relación importante
Esta relación entre la mamá y el bebé es el fundamento de las futuras relaciones que establecerá este con otras personas por cuanto la consideramos entonces fundante, es decir básica.
Lic. Mercedes Allona
Psicóloga

El misterio de la vida

Si en una fábrica de tractores se quiere acelerar la producción, se recurre a la intensidad en el trabajo, y a la duplicación de la materia prima utilizada. Con ello se consigue producir la misma cantidad, en la mitad del tiempo. Por ejemplo, si en nueve meses salen de la fábrica una cantidad determinada de unidades, duplicando las horas de trabajo y el material utilizado, esa misma cantidad de tractores podrán salir en cuatro meses y medio. Para ello basta una decisión eficiente del señor director de la fábrica.

Pero si ese mismo señor se convierte en padre de un hijito, tendrá que esperar ansiosamente los nueve meses del embarazo para poder ver su rostro. No ganará nada con tener dos señoras.

Porque la vida tiene sus propias maneras de realizarse. Poniendo el doble de granos de trigo sobre la misma superficie de campo, no necesariamente se consigue duplicar el rendimiento. Al contrario, suele acontecer que las plantitas se condicionen de tal manera por su cercanía que el resultado es exactamente el contrario del que se buscaba indebidamente.

La vida no se produce. Hay que aceptarla y acompañarla. Es un misterio que exige respeto y dedicación. Tiene sus propios ciclos y sus tiempos. El trigo es sembrado en el corazón del invierno, y madura en la plenitud del verano. El maíz nace en primavera y se lo cosecha al comenzar el invierno, luego de las primeras heladas. Los mandarinos florecen en setiembre, y en nuestras zonas mantienen sus frutas maduras de mayo a agosto. Las castañas entregan sus granos grandes y harinosos para Pascua. Lo que el agricultor decide es su plan de siembra y de plantación. Para ello elige las especies que desea, y les asigna un trozo de chacra o de huerta. En su sabiduría escalona los cultivos, y distribuye la cantidad de los distintos frutales. Pero jamás exige a una variedad que se amolde a la manera de ser de otra. Si quiere ciruelas planta ciruelos. Y cuando busca melones, no se emperra en sembrar sandías. Todo esto parece tan evidente. Y sin embargo lo que admitimos con naturalidad en la vida vegetal y animal, no queremos aceptarlo en la vida espiritual.

Tantas veces perdemos la paciencia ante la lentitud de los procesos de crecimiento propio o de los demás. Nos gustaría que un impulsivo diera frutos de paciencia, y le anulamos toda la riqueza de sus iniciativas. Exigimos a los niños que tengan la madurez que los grandes piensan haber conseguido, y con ello los hacemos apáticos a todo lo que no resulte eficiente.

Y en la oración ni que hablar. Pretendemos engendrar al Espíritu Santo mediante técnicas ascéticas, o con complicados métodos psico-gimnásticos. Y pensar que sería más sencillo pedírselo a Nuestro Padre que está en los cielos que, como lo afirmó Jesús, no nos negará su Espíritu Bueno si se lo pedimos con actitud de hijos necesitados.

La vida será siempre un misterio. Pero real y presente en todas partes. Nos está permanentemente contando sus parábolas, si es que tenemos los oídos para oir, y el corazón para escuchar.

Contemplativo no es el que se encierra en sí mismo evadiéndose de todo lo que lo rodea. Lo es aquel que tiene los ojos dilatados y los oidos abiertos para rastrear las huellas de Tata Dios por allí por donde haya pasado.

Y donde veamos algo que vive... el dedo de Dios está ahí.

Extraído de Cuentos Rodados

Autor: Mamerto Menapace

Jornada de preparación para la Navidad


En medio de una torrencial lluvia que nos trajo alivio y bendición después de una jornada de intenso calor, nos reunimos un grupo de personas en la Parroquia Santa Mónica con el P. Juan (sacerdote jesuíta) quién nos enseñó a rezar, según el método de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. La pregunta inicial fue ¿Quién eres tú?
Muy suavemente , nos pusimos en presencia del Señor. El sacerdote, nos fue guiando hacia la meditación y contemplación del misterio del Nacimiento de Jesús. Se basó en el texto del Evangelio de Lucas 1, 39-45.
Se hizo hincapié en los rasgos de María Santísima como la "Madre de mi Señor"; "La Creyente"; " La evangelizadora"... y en los movimientos espirituales que se producen cuando rezamos.
Fuimos sintiendo que la gracia del Espíritu Santo, nos iba envolviendo y como nos dijo el el P. Juan "a cada uno le llega de manera diferente"
Tuvimos tiempo para una conversación coloquial con el Señor y luego rezamos todos juntos.
Finalmente, se hizo una evaluación de este momento de oración, donde se trató de descubrir las mociones más importantes.
Dimos gracias a Dios, por su presencia que nos acompaña, por el nacimiento y muerte de Jesús que nos dio la vida, por la Comunidad de Santa Mónica que nos recibió y por tantas otras cosas que el Señor nos brinda.
Se vivió una tarde de regalo para el Señor y para todos los que estuvimos presentes.
19 de diciembre de 2009